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Foto del escritorSandra del Pilar Claros Patiño

IMPORTANCIA DEL LIBRO ELECTRÓNICO Y DEL DOMINIO PÚBLICO EN LA DIFUSIÓN DE LA LECTURA



En la actualidad, la Editorial 89079 desarrolla la campaña “Libro ¡Levántate y anda! Con la finalidad principal de promover el libro y la lectura, dada la necesidad cada vez mayor de ampliar nuestros horizontes del conocimiento y, sobre todo, ante tantas posverdades y noticias falsas que se difunden con facilidad gracias a las redes sociales, de desarrollar y aplicar en todos los ámbitos de la vida, el pensamiento crítico, el cual se construye en gran parte con una buena comprensión lectora.


Aunque la gran mayoría de lectores habituales preferimos las formas, olores y sabores del libro impreso en papel, el libro electrónico ha presentado una gran evolución y aceptación, yo personalmente conozco muchos lectores que, con todo el derecho, no lograron adaptarse al libro digital, igualmente círculos que lo tienen como algo normal y habitual, como los lectores de novelas de ficción o de romántica, que estamos muy habituados a la lectura en medios electrónicos en diferentes formatos.


Los que hemos sido “devoradores” de libros (en mi caso de novela) tuvimos que hacer el cambio en el chip y convertir en normal en nuestra vida el libro digital, por razones económicas (definitivamente son más baratos que el libro en papel), por inclinaciones ambientales (ahorro de papel) y porque no todas las novedades literarias llegan en papel de forma oportuna a nuestro país.


A su vez, cuando se realizan investigaciones académicas, los principales repositorios de artículos y libros producto de investigación, ya han migrado hacia el acceso electrónico, lo cual es lo más lógico, cuando la gestión de la lectura, la búsqueda de autores y recursos (globales) para nuestras propias investigaciones y artículos se convertiría en algo inmanejable en cuestiones de espacio y costos de impresión y acceso, si utilizáramos papel.


Precisamente en el día de ayer celebramos el Día Mundial del Ebook o Libro Electrónico, en razón a que se considera que el primero, fue creado un 4 de julio de 1971 por Michael Hart, un estudiante de la Universidad de Illinois, quien creó una copia disponible en la intranet de la Universidad de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.


Pero en este mundo digital del libro existe un universo de posibilidades ilimitadas, el de los libros que ya están en el dominio público, miles de obras alrededor del mundo que son liberadas cada año de los derechos patrimoniales de autor, y que quedan a disposición de la humanidad con el fin de fomentar el conocimiento y el entretenimiento, los cuales son un recurso maravilloso de bibliotecas y repositorios (virtuales) en todo el planeta, que los ponen a disposición de sus lectores para descarga totalmente gratuita.


Tenemos estas obras gracias al “Convenio de Berna para la protección de las obras literarias y artísticas”, firmado el 9 de septiembre de 1886 y revisado el 28 de septiembre de 1979 (que hace parte de la ley colombiana), conforme al mismo, la fecha a partir de la cual las obras o autores entran al dominio público es el primero de enero de cada año, ese día vence el derecho patrimonial de autor dependiendo de durante cuánto tiempo se preserva después de la muerte del autor en las leyes de cada país, con ello esta obras se convierten en patrimonio intelectual de la humanidad.


Son un recurso que sugerimos para fomentar la lectura, legal y gratuito. Por ejemplo en Colombia, las obras de los autores fallecidos en 1942 entraron al dominio público el pasado primero de enero de 2023, se incluyen la obras de autores como Porfirio Barba Jacob y Biófilo Panclasta, entre otros (listado completo aquí, proporcionado por el Biblioteca Nacional de Colombia). Y a nivel internacional, en la misma fecha, las obras de autores como Virginia Woolf, Arthur Conan Doyle y Marcel Proust. Una recomendación, mucho cuidado con las traducciones, pues muchas de estas, aunque la obra sea de dominio público, mantienen sus derechos de forma independiente.


Entre tanto también, sigamos leyendo obras de forma legal y pagando las regalías a los autores que tienen vigentes sus derechos patrimoniales de autor (vivos o a sus herederos), tanto en papel como en libro electrónico, porque para nosotros los escritores esta es nuestra fuente de trabajo con miras a una remuneración digna.



Escritora y abogada

Codirectora de la Editorial 89079

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